Querido y respetado Señor
Pérez Reverte: permítame una pregunta, por favor.
El autor de la frase
gancho, que reproduzco tal cual al principio, para la promoción y publicidad de
su última novela negra (claro, como mandan las modas) ¿es Usted, la editorial,
una importante agencia de marketing literario que tanto pululan últimamente por
ahí?
No, no me responda; no
hace falta. Mi pregunta es solo una forma más o menos retórica de iniciar este
breve escrito. No se preocupe ni se ofenda, ¿eh?
¡Pero si a Usted no le
hace falta caer en esa especie de «desafío» chabacano, hombre del Señor! Con
ser uno de los autores contemporáneos que más vende y
miembro supernumerario (¿se dice así?) de la Real Academia Española ya tiene
bastante, caramba. Sus libros se venden solos. La verdad es que no sé muy bien
por qué, pero es así. Y si es así, pues así es. Yo dejé de leerle
cuando empezó con una especie de saga acerca de un tal «Capitán del Ala Triste»
o algo así. Antes había leído sus creo que dos primeras novelas y no me
gustaron nada. Pero estaba Usted poniéndose de moda y tocaba estar al día. Eran
otros tiempos. La verdad es que me aburrieron un montón.
Y, a pesar de su
enoooooorme productividad literaria (mmmmmm¿???…), ya no he vuelto a leer nada suyo
ni ganas. Pero esto último que acaba de publicar pues me ha llamado la
atención, la verdad. Más que nada por la frase gancho. Lo otro ya me lo sé.
Pero no, creo que tampoco
lo leeré. La verdad es que no me van mucho los duelos de inteligencia y más si
los pierdo, cosa totalmente segura si el otro duelista es Usted, por supuesto.
Y no, ya tiene uno
bastantes traumas en esta puta vida cotidiana como para ir frustrándose con la
pérdida de duelos de ese tipo con su Excelsa Inteligencia sobradamente mostrada
a lo largo de los años. O con la (Inteligencia) del detective de marras, que
todos son muy, muy, muy inteligentes. Es lo que hay.
Reciba mi más cordial enhorabuena
por la frase gancho de marras o transmítasela al creativo de turno, por favor.
Humildemente:
Jose/p Seguí