Me permito trasladar a este papel mi traducción del original en inglés de la columna con cuyo título encabezo esta entrada. Suscribo las palabras de la Doctora Sesma al ciento por ciento.
Toda traducción es siempre una interpretación (a veces incluso una traición; no es este el caso) y conlleva multitud de complicaciones. Así la palabra infiltrators tiene, según el traductor de Google, el significado de inflirtradores. Y va y me encuentro con la dificultad de que, de acuerdo con el diccionario de la RAE, esta palabra no existe en español. ¿Qué hacer? Pues me voy a buscar el significado de una palabra próxima, por ejemplo, inflirtrar. Aquí se pueden encontrar sus variados significados.
De todos, los que más me gustan son el uno y el seis. Del resto encuentro ideas interesantes, si bien descarto conceptos como doctrina, fuerzas enemigas, espionaje, propaganda o sabotaje. Aunque he de reconocer que muchas y muchos de quienes trabajamos desde las Prácticas Colaborativo dialógicas somos víctimas en más de una o dos ocasiones de esas actividades. Pero no me voy a poner a llorar por eso ahora, claro. Ni a defenderme.
Me gusta mucho la definición número seis porque, bueno, ser nocivo no está nada mal de vez en cuando según en qué contextos y para quién o quienes. Pero va, como estamos en Navidad (¿o no?), más vale ser buenos y japiflowers que ser nocivos. Por ahora.
Pero vayamos a la traducción de la columna, que es de lo que se trata. Y recuerdo que muy prontito iniciamos el VI Encuentro/Congreso de Prácticas Colaborativo dialógicas, esta vez en línea, y que te esperamos, si es que todavía no te has registrado aunque sea para inflirtrarte. La propia Mónica estará co-faciltando algunos talleres (ver programa) ¡Saludos! Josep.
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Practicantes del diálogo colaborativo como inflirtradores
Mónica Sesma
Me siento muy afortunada de haber conocido durante la última
década a los colegas más talentosos y brillantes. Inspirados por el trabajo de
Harlene Anderson, los practicantes colaborativo-dialógicos influyen, impactan
y transforman los espacios relacionales que nutren y las ideas que co-crean con
otros. He sido testigo de cómo los amigos y colegas colaborativos son
magníficos inflirtradores transformando las prácticas dentro de las comunidades
y organizaciones, ya sea en terapia, educación, supervisión, políticas,
investigación y otros campos de práctica. He estado observando y participando,
y me pregunto, ¿cómo pueden hacer eso? Aquí van algunos pensamientos:
La curiosidad como apoyo
En términos generales, el apoyo implica dar soporte a otras
personas y ayudarlas a expresar o comunicar sus ideas y perspectivas, y
afirmarlas en la defensa de sus derechos. Los practicantes
colaborativo-dialógicos se sienten seguros al hacer preguntas, particularmente
las difíciles. Se vuelven realmente curiosos y esto les ayuda a abrir el
diálogo y la colaboración. Por ejemplo, he estado en diferentes espacios donde
seleccionamos personas por sus diferentes roles. He visto racismo estructural y
políticas que afectan a inmigrantes, refugiados, personas de color de piel
diferente al blanco caucasiano y grupos marginados. Cuando soy testigo de las injusticias
sociales en estos procesos empiezo a hacer preguntas difíciles: ¿Cuánto tiempo
hace que se creó esta política? ¿Quiénes fueron los que las definieron? ¿Quién concluyó
hacerlo así? ¿Por qué los estudiantes internacionales no pueden…? ¿Cómo decidimos
quién puede convertirse en miembro y quién no? ¿Qué ideas están influyendo en
nuestras decisiones actuales? Seamos infiltrados desde adentro y comencemos a
hacer preguntas desafiantes para defender a otros que tienen menos poder.
No saber como revolución
Podemos entender la revolución como cualquier intento de un
grupo o comunidad de cambiar el "sistema político" de su país. Sin
embargo, la revolución también ocurre en otras áreas: las artes, la ciencia, la
psicología, las prácticas terapéuticas, etc. Para mí la revolución trata de
transformar las prácticas dominantes y opresivas y, por supuesto, es política.
Harlene Anderson (2005) ha discutido ampliamente el término “no saber” y la
connotación más crítica para mí es el énfasis en que las personas crean
significado con los demás y reconociendo que el diálogo es un proceso
interactivo donde se producen nuevos significados y comprensiones. Los
practicantes colaborativo-dialógicos buscan generar un espacio para el diálogo
y co-crear el cambio. Por ejemplo, creando espacios más diversos tienen la
clara intención de hacer que las personas se sientan bienvenidas, valoradas,
apreciadas, visibles e importantes. Las comunidades de aprendizaje colaborativo
son un gran ejemplo de esta intencionalidad. En el corazón de la práctica
colaborativa, buscamos oportunidades para crear polifonía y adoptar una
variedad de sabidurías, reconociendo y conversando con múltiples voces y puntos
de vista. Seamos infiltrados desde adentro y creemos nuevos significados para
un mundo más inclusivo y equitativo.
La escucha radical como disrupción
En un mundo dominado por el micromanaging dictando y
prescribiendo cómo practicar en nuestros campos (cómo enseñar, cómo hacer
terapia, cómo hacer investigación, etc.), encuentro que la escucha radical y la
presencia radical (McNamee, 2015) pueden ser acciones disruptivas asombrosas
que desafían las formas tradicionales de practicar y brindan oportunidades para
que las personas con las que nos relacionamos expandan su imaginación y abran
sus ojos, mentes y oídos a novedosas, valientes y desenfrenadas formas de ser. Seamos
infiltrados desde adentro y dejémonos sorprender e inspirar por los demás y
hacerlos sentir escuchados.
Si está interesado en aprender más sobre las prácticas
colaborativas, considere unirse al Congreso ICCP 2021, del 5 al 26 de junio: 2021 V ICCP Encuentro virtual (ESPAÑOL) | iccp (collaborative-dialogic-practices.net)
Le encantará saber que Harlene Anderson, Sheila
McNamee, Ken Gergen y Jakko Seikkula son los oradores invitados a la sesión de
apertura el 5 de junio.
Referencias: