Este es un manifiesto de carácter
psicoliterario. O sea que también podría ser filosóficoliterario porque la
Psicología no deja de ser la Filosofía todavía dando sus primeros e imaginados pasos.
El Transrealismo bebe del Infrarealismo
de los escritores chileno Roberto Bolaño y mexicano Mario Santiago Papasquiaro.
También de la Transcursividad del
filósofo colombiano (gracias, Rosita) Edgar Garavito. Véase su obra La
transcursividad: crítica de la identidad psicológica. En la misma se aconsejan formas de escapar a uno mismo, a la propia identidad. Eso es importante.
El Teatro del Absurdo con, por
ejemplo, Ubú Rey, Esperando a Godot o La
cantante calva siempre está arrinconado pero preparado para hacer su aparición.
La Transrealidad adora al Surrealismo
y al Dadá.
¿Hablamos de Borges y El
ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha?
Es feminista radical y
tremendamente antifascista.
Es literatura y acción política .
Ama al japonés Haruki Murakami.
Es Construccionismo social y es una práctica intensamente colaborativa y
dialógica.
Es el frenesí y los movimientos
inmoderados y los sueños que no se van.
No tiene pasado ni futuro. Ni
siquiera tiene presente. No me preguntes por qué.
No hay por qués. Las cosas pasan
o no sin más. Es la vida misma.
Otro día, más, Ahora, que ya no es
ahora, esta es la v.1 (versión uno; supongo que está claro). Habrá más.
Gracias.
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